miércoles, 03 de diciembre de 2014
publicado en La Razón
Pasear por Madrid se ha convertido en un ejercicio de riesgo. Los ciclistas de acera son los culpables.
Pedalean a pastilla frenética. Algunos esprintan. Avisan con el timbre
cuando el viandante ya no tiene posibilidades de evitar el atropello.
He estado a diez centímetros de ser llevado por delante por una
bellísima mujer con vocación de Indurain. Para colmo, se ha sentido
molesta con mi educada protesta. – No veo lo que viene por detrás de mi,
señora, no soy una becada o chocha común–. Ha oído mal, ha interpretado
que le llamaba «chocha común», y a punto ha estado de arrearme un
guantazo.
No soy un gran aficionado al ciclismo. Me interesan
las grandes etapas de montaña del «Tour» y de la Vuelta. El resto es un
rollo. Personas de muy apreciable inteligencia y cultura enloquecen con
el deporte del pedaleo. Rajoy, por ejemplo, y Luis García Berlanga, al
que Antonio Mingote le afeaba tan extravagante afición. Mingote le
dedicó un dibujo genial. Se veía a dos ciclistas profesionales
ascendiendo por una carretera de alta montaña en la Vuelta a España.
Pedaleaban derrengados, con la lengua a la altura del manillar, sudando
la gota gorda. Entre ellos, sonriente, con la gorrilla al revés y con
una bicicleta nada deportiva en cuya parte anterior llevaba encajado un
cajón en el que se leía «Helados», el heladero les decía a los
profesionales del pedal: –Un momento, que voy al pelotón de cabeza y
ahora vuelvo–.
Con Ricardo Escalante sigo al completo, allá por
julio, la etapa del Alpe D´Huez, esa montaña brutal que Ricardo subió
en su cercana juventud. Pedaleaba ufano cuando fue adelantado por una
chica de Reinosa que le sacó en la cima catorce minutos de ventaja.
Abandonó el ciclismo y se dedicó, con su cuñado Manuel Jesús, al
coleccionismo de jarrones de cristal de Murano, realmente espantosos. Y a
los árboles, claro, que es lo suyo.Pero jamás circuló por las aceras.
En esta época previa a la Navidad, las aceras de las calles comerciales
de Madrid son espacios de alto riesgo. Para intentar llegar a
Nochebuena o Reyes en perfectas condiciones físicas, es conveniente
realizar las compras en establecimientos comerciales situados en tramos
de subida. Jamás en sectores llanos. Lo malo de los tramos de subida es
que algún ciclista urbano lo puede interpretar como tramo de descenso, y
en ese caso, lo único que resta es encomendarse a la Virgen y los
santos para no ser arrollado por los usuarios de bicicletas urbanas.
No me refiero a las que alquila el Ayuntamiento, que más de la mitad no
funcionan, sino a las particulares, rápidas y silenciosas.Además, el
ciclista no precisa atropellar a nadie para provocar un accidente. Un
ciclista urbano que cae sobre la acera, por lo normal rebota. Y es en el
vuelo efímero del rebote cuando su cuerpo puede tropezar con el
ciudadano portador de bolsas que contienen regalos envueltos con papeles
navideños.
Se podría escribir un triste relato de Navidad al
respecto, pero sería un cuento triste, una narración melancólica. La
familia que se queda sin regalos por un atropello en el chaflán que
comunica la calle de Don Ramón de la Cruz con la de Lagasca, que es
chaflán de altísima concentración de accidentes. Tiene poca visibilidad y
cuando el paseante se topa con el ciclista, el golpe está asegurado.
Porque el ciclista urbano no abusa del uso del timbre, que está para
eso, para avisar de su llegada.
Se dice que los de «Podemos»,
si llegan a gobernar, están dispuestos a perseguir a los ciclistas
imprudentes con severas penas de cárcel o trabajos forzados en campos de
concentracion. No hay mal que por bien no venga.
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Ca si soy atropellado por dos veces en 24 horas por ciclistas en la acera en Zaragoza en la primera incidencia fue el día 5 de marzo a las 21 horas un ciclista sin luces y mucha velocidad en María Agustín esquina Conde Aranda y hoy día 6 de marzo conde aranda
ResponderEliminara la altura del número vente 11 horas 44 minutos
el Ayuntamiento se ha librado por dos veces por los pelos de que le hubiera reclamado 2000 euros como mImimo al Ayuntamiento por víctima de ser agredido y por supuesto denuncia que pondré si llega el caso en la Policía Nacional.
quiero multa de 200 euros a los ciclistas que van por la acera 200 euros.