María del Carmen Pérez Cascales
28.11.2017
El Boletín Oficial de la Provincia de Alicante publicó el 14 de junio
de 2017 la aprobación definitiva de la modificación de la ordenanza de
circulación en su apartado sobre la bicicleta del Ayuntamiento de Elche. La ordenanza, entre otros aspectos, define la circulación de bicicletas en coexistencia con los peatones.
El
reglamento contempla obligaciones de los ciclistas tales como no
entorpecer la circulación, no causar peligros, estar en todo momento en
condiciones de controlar la bicicleta, someterse a las pruebas para la
detección de alcohol o drogas en el organismo. También recoge toda la
información de las vías ciclistas y prohibiciones a la hora de conducir
una bicicleta (cascos de audio, tasas de alcohol, circular sobre una
rueda, cruzar los pasos de peatones pedaleando, etcétera...).
Consulto
en internet la Guía del Ciclista para la circulación en bici en Elche, y
desde el inicio cual jaculatoria se indica «Mi bici es un vehículo y
por tanto tengo que seguir las normas de circulación y conducir de
manera responsable» y sigue exhortando «mi bici es un vehículo y por
tanto debo circular por la calzada. También puedo circular por aceras
bici señalizadas o por aceras y paseos de más de cinco metros de ancho,
si disponen de tres metros de espacio libre» e insiste, «no puedo cruzar
los pasos de peatones pedaleando? en las aceras bici tengo que respetar
la preferencia del paso de los peatones que la estén cruzando».
Es
evidente que cuando una persona conduce una bicicleta, está subida en
un vehículo, por lo que debe cumplir todas las normas de circulación.
Según
la Ley de Tráfico, y aunque algunas ordenanzas municipales lo permitan,
los ciclistas solo pueden circular por las aceras en zonas
específicamente habilitadas y señalizadas para tal uso. En caso
contrario, el ciclista debe reconvertirse en peatón, es decir, bajar de
la bicicleta y empujarla.
Existen distintas sentencias,
incluso una del Tribunal Supremo que aclara que si en una acera se
señaliza y delimita un carril para la circulación de bicicletas, ésta
deja de estar reservada en exclusiva a la circulación de peatones, y se
convierte en una zona de uso compartido. Pero si ese carril-bici no está
señalizado expresamente, por la acera solo pueden circular peatones.
No
voy a entrar en polémicas, sobre si se contradice una norma de rango
superior como es el Reglamento General de Circulación al permitir la
Ordenanza Municipal de Elche a ciclistas circular por aceras de más de
cinco metros de ancho, si disponen de tres metros de espacio libre, aun
sin señalización de carril bici, porque en nuestra ciudad es casi
imposible que se den estas dos premisas.
La convivencia
entre bicis y viandantes en las aceras ha sido uno de los debates
urbanos más vivos de los últimos tiempos y si bien no podemos hablar de
siniestralidad más que con carácter residual ¿quién no tiene un
familiar, amigo o compañero de trabajo que ha tenido un encontronazo con
una bicicleta?
Yo me muevo en una franja de alto riesgo, a
saber, zona centro, acera estrecha y salida a la misma desde un portal
que no te permite visibilidad, hasta que la pisas. No es lo mismo darse
de bruces con otro peatón que con un chaval o adulto en bici. Y hay
infinidad de variantes que pueden agravar estas circunstancias, como
empujar un carrito de bebe, coche de minusválidos, personas con
movilidad reducida, o ir con niños, ya de por sí imprevisibles, para que
te altere el pulso ese ocupante trasgresor de la acera.
Y
no hace falta salir de un portal, simplemente andando por la acera
cuando de repente sientes un leve sonido, escalofrío, sensación rara y,
descartado que se trate del tiburón de Steven Spielberg porque
no estás bañándote, al notar el aire que desplaza, intuyes al ciclista
que acomete desde atrás, o inclusive viniendo de frente y te pones a
calcular espacio a compartir cuando os crucéis, si driblas tu, si dribla
él, si sigues recto, si te paras hasta que pase. Y no digamos si vas
con una o más personas y ocupáis prácticamente toda la acera, ¿defiendes
tu territorio y no te mueves ni un ápice?, ¿te empecinas en que tú
llevas la razón , que se baje el otro que circula mal?, ¿os reorganizáis
en fila india? o ¿confías en que tu ángel de la guarda no se haya
quedado en la esquinita de tu cama y te esté acompañando?...
Y
aunque no se trata de «Death Race 2000» ni de «Carmageddon» en que se
acumulan puntos atropellando peatones hasta alcanzar la meta,
reconozcámoslo, hay problemas de convivencia en las aceras entre la bici
y el peatón.
Y es que las aceras están de lo más
solicitadas, pues además de ciclistas deambulan por ellas, adictos al
monopatín, patín, monociclos y patines eléctricos, lo que a la vista del
sufrido peatón pudiera parecerle una hornada de invasores.
Desde
el gobierno municipal se nos transmite su apuesta por el uso de la
bicicleta y, en general por el transporte sostenible, y eso me parece
muy bien siempre y cuando no se olvide el respeto al peatón. Quizás todo
pase por crear la infraestructura necesaria para garantizar la
circulación en bicicleta en las mejores condiciones, pero mientras ello
no sea una realidad, no es excusa para su circulación por las aceras o
fuera de un carril delimitado para ello.
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Gracias por participar y ánimo con la información a ciclistas y peatones